05/07/2014
El despertador sonó a las 3:30 AM. Tras vestirnos, Alba anunció que el taxi llegaba en 10
minutos. Gracias a realizar la facturación online, no tuvimos que hacer colas y
cruzamos directamente a la zona de embarque. Hicimos una parada en Il. Café
di Roma para desayunar, y esperamos hasta las 6 AM a que abriera una
papelería para comprar los periódicos. Después
nos fuimos directos a la puerta de embarque. Justo cuando llegamos anunciaron
por megafonía que ya podíamos embarcar en el avión.
Tras una hora de vuelo, Alba nos indicó a mi y a Jesús que miráramos por la ventanilla. Se
podían ver los Alpes suizos completamente nevados. Tras pegar una corta
cabezada, el comandante del avión anunció que estábamos llegando a nuestro
destino. Durante el descenso comenzamos a ver los campos perfectamente
alineados, y el gran número de pequeñas poblaciones distribuidas por el territorio,
ni muy juntas ni muy separadas.
Tras aterrizar, cogimos un taxi para llegar al hotel. Nos
encontramos en obras la salida más cercana a München, y Jesús empezó a preocuparse por el precio del
viaje. Al llegar al hotel, hablé con el recepcionista con mi pobre inglés. Nos
explicó que la habitación no estaba aún preparada, pero que podíamos dejar las
maletas y volver en 1-2 horas.
Al salir del hotel, comprobamos que el servicio de Roaming
de telefonía funcionaba y que podíamos llamarnos. Después, fuimos caminando
hacia el centro donde vimos varias iglesias romanas. De camino vimos una tienda
erótica, donde haciendo broma por poco no acabamos entrando. Continuamos
paseando hacia el centro pasando por una calle llena de tiendas de ropa, donde
vimos dos tiendas de Zara. Al llegar a Marienplatz vimos que habían
montado una pequeña feria, y que un grupo de música alemán tocaba para toda la
gente que pasaba. Después, oímos a un hombre tocar la gaita en uno de los
puestos de la feria.
A la vuelta, paramos a comer de camino al hotel en un
restaurante donde los camareros vestían trajes tradicionales. Tras servirnos la
comida, Jesús dijo que su pollo estaba poco hecho, que parecía que lo hubieran
hervido en lugar de hacerlo al horno. El pan que nos sirvieron, tenía forma de
corazón o lazo, era el pan salado tradicional. Probamos la primera cerveza
alemana, de medio litro. Aquí es normal que la gente salga a tomar una jarra de
cerveza de un litro (incluyendo a las mujeres), en lugar de una copa. Quizás por
eso, no tardamos en oír como un grupo de estudiantes de instituto golpeaban sus
mesas mientras cantaban, probablemente celebrando el fin de curso. Finalmente,
decidimos volver al hotel y descansar un poco para poder salir de nuevo más
tarde.
Por la tarde cogimos un bus hasta el Englishter Garten.
Nos sorprendió ver, como unos surfistas intentaban dominar las olas que
generaba una pequeño salto de agua, de uno de los ríos que cruza el jardín.
Continuamos paseando hasta llegar a un chiringuito donde comprobamos que el
agua para los alemanes, es con gas. También, Alba y yo vivimos la experiencia de pagar por
un baño que tenía una araña de cristal en el techo y en el que se escuchaba
música a piano allegro, para que la gente no se aglomerara. Tras descansar un
rato paseamos hasta la Ludwig-Maximilians Universität. Allí cogimos el
metro que nos trajo de vuelta a la München Hauptbahnhof, donde se
encuentra el hotel. Finalmente, cenamos un kebab en un local cercano al hotel y
volvimos a la habitación para reponer fuerzas para el día siguiente.
06/07/2014
A las 6:30 AM bajamos a desayunar. Aquí es normal que el
desayuno se sirva de 6:30 a 10 AM. Parece que en España vamos unas 2 horas con
retraso respecto a Alemania, o los Alemanes van adelantados, una de dos.
Después del desayuno, decidimos ir al Olympiapark de los juegos de 1972,
así que cogimos el tren en Hauptbhanhof y fuimos hasta allí en metro.
Al llegar nos encontramos de frente con el BMW Welt,
justo abrían sus puertas y decidimos entrar. Allí se exponían los últimos
modelos de coches, junto con los clásicos, como el mítico coche pequeño con
puerta delantera, literalmente hablando. También se exponía un modelo
futurista, con puertas que se abrían hacia el cielo, en lugar de hacia los
lados. Allí mismo paramos a tomar café. Aquí el café es un termino medio entre
el agua de café americano y el café café español.
Después de reponer fuerzas, continuamos hasta llegar al Olympiaturm
del parque olímpico. La torre, se encuentra junto a un lago artificial y una
estructura arquitectónica inmensa que cubre las instalaciones deportivas y el pabellón
olímpico. Al llegar, Jesús y yo subimos a la cima, situada a los 189 metros de
altura. El ascensor subía a una velocidad de 7 m/s, el equivalente a 25 km/h.
Desde la cima, se podían ver todas las instalaciones deportivas, el BMW Welt,
el Allianz Arena del FC Bayern, e incluso a lo lejos, algunas de las
cimas nevadas de los Alpes suizos.
Tras bajar de la torre, Alba nos propuso ir a la taberna
tradicional Hofbräuhaus, donde sirven una de las clases de cerveza
típicas de München. Allí decidimos parar a comer, y como no, probar la
cerveza negra de la casa. Mientras comíamos, unos alegres músicos vestidos con
el traje tradicional tocaron canciones de la época. La casa fecha de 1589, y es
una para obligatoria de los tours turísticos de la ciudad.
Después de comer, decidimos ir hasta el río Isar.
Cruzamos la mitad del río hasta llegar al Deutsches Museum, después
subimos río arriba hasta llegar a la altura de la Mariannenplatz. Allí
vimos como la gente joven aprovechaba el caluroso día para tomar el sol y
bañarse en el río, en una playa de piedras en toda regla.
Finalmente, decidimos ir hasta el National theater.
Muy cerca de allí, vimos como se estaba preparando un concierto de música
clásica al aire libre. Paramos un momento a tomar algo y al salir pudimos oír
las pruebas de sonido de la orquesta sinfónica. Después, decidimos volver al
hotel a descansar un poco. Al llegar, Jesús
recordó que volvíamos el sábado siguiente y que teníamos que ir a comprar, nada
más llegar. Rápidamente, nos dijo que nos tocaba a Alba y a mi, ir a hacer la
compra. Alba, bromeó diciéndole que ya estaba pensando en volver, cuando aún
nos quedaban 5 días.
07/07/2014
Nos despertó una llamada de Alba diciéndonos que ya eran las 6 AM. Ella
nos había cogido la delantera, ya llevaba unas horas despierta. Tras desayunar,
fuimos a la Hauptbhanhof en búsqueda de un coche de alquiler. Al llegar,
con prisas un chico nos atendió y nos alquiló un KIA por 108€/día. Al ver la
factura me asusté, parece ser que en Alemania es normal dejar en depósito la
misma cantidad que pagas, por el alquiler de un coche.
Después de recuperarnos del susto,
cogimos la autopista A95 hacia los Alpes bávaros. Llegamos hasta casi la
cima, la base del teleférico de Eibsee. Nos sorprendió ver que aparecían
títulos en japonés, y vimos a toda una familia japonesa que había viajado en
moto hasta allí. Quizás Eibsee proviene de Eibizu. Las vistas eran
impresionantes, a partir de cierta altura se podía ver como la montaña se
encontraba nevada, y a partir de una altura superior, las nubes impedían ver la
cima. En la misma base del teleférico, había un monitor que mostraba imágenes
en tiempo real de la cima, completamente nevada. Me sorprendió ver que la
imagen indicaba que se podía ver hasta Italia.
Allí paramos a comer, tras descansar
un poco decidimos volver, pero esta vez atravesando un gran lago, el Starnberger
See, situado a medio camino de München. Cuando llegamos al lago,
empezó a llover y decidimos entrar en una heladería. Rápidamente Alba habló con las dependientas, y a los pocos
minutos, ya me estaba explicando que una de ellas hablaba castellano, y que
habían estado hablando un poco. Creo que Alba, sería capaz de sobrevivir por si
misma en cualquier parte del mundo, incluso en la China.
Cuando la lluvia amainó un poco,
corrimos hacia el coche y decidimos volver a München. Gracias a la PDA
de Jesús, el Tom Tom nos trajo de vuelta al Zentrum de la ciudad. Al
llegar al hotel, decidimos alquilar una plaza de parking dentro del hotel, y
finalmente subimos a la habitación a descansar un poco. Allí, Jesúss empezaron
a hojear las guías y mapas que habíamos ido recogiendo, de todos los puntos de
información turística por los que habíamos pasado. Ya teníamos unos cuantos, si
seguíamos recogiéndolos a este ritmo, pronto no sabríamos que hacer con ellos.
08/08/2014
Nos levantamos a la misma hora, las 6
AM. Bajamos a desayunar, y Alba nos dio a Jesús y a mi las instrucciones. Hoy nos íbamos
a ver el castillo que inspiró a Walt Disney, el Schloss Neuschwanstein,
situado muy cerca de la frontera de Alemania con Austria. Después de coger la
autopista A96 hacia el oeste, y de recorrer la carretera 17 hasta
Füssen, un poco antes, paramos a tomar café en un pequeño pueblo.
En los pueblos, no todo el mundo habla
alemán, por eso no nos entendíamos tan bien como en München. Sin
embargo, la gente sonreía a pesar de no entendernos y se despedía alegremente
de nosotros. Alba me explicó como a la vuelta del viaje, en una cafetería donde
compraron café para llevar, la dependienta se echó a reír, y que al final Jesúss
y ella acabaron riendo, sin saber muy bien de que.
Tras llegar a Füssen, dimos un
par de rodeos para encontrar el castillo. Estuvimos buscándolo por el nombre
equivocado hasta que conseguimos encontrarlo. En coche únicamente se podía
acceder hasta la mitad del recorrido. Era necesario andar un camino durante
unos 20 minutos para poder llegar al castillo. El día no dio tregua alguna y no
paró de llover en ningún momento. Alba, compró un impermeable para protegerse,
pero Jesús, como chicarrón del norte que
es, únicamente se puso una chaqueta impermeable encima de la camisa de manga
corta que llevaba, junto con unos pantalones cortos.
Jesúss me explicaron que llegaron a
recorrer el camino, y Jesús pudo sacar unas cuantas fotografías del precioso
lugar. A su vuelta, decidimos comer dentro del coche, como la gran mayoría de
la gente, y después volvimos a la carretera dirección München, gracias
al Tom Tom de la PDA de Jesús. Me sorprende lo rápido que conducen los alemanes
por la autopista, una vez desaparecen los límites de velocidad.
Al llegar a München, decidimos
buscar una gasolinera para llenar el depósito, y así poder a la mañana
siguiente devolver el coche a primera hora. El Tom Tom decidió hacernos un tour
por la ciudad, antes de llevarnos a la gasolinera más cercana, después de
intentar llegar a dos de ellas. Con el depósito lleno, otro tour por zonas de
la ciudad que no habíamos visto, nos trajo de nuevo al hotel.
Finalmente pudimos llegar a la
habitación, cambiarnos y secarnos. Cenamos y decidimos acostarnos para
descansar un poco. Por la noche, la luz del televisor me despertó. Me encontré
a Jesús, atento, siguiendo la primera parte del partido de fútbol. Al terminar
la primera parte, Alemania había marcado a Brasil 5 goles a 0, esto ya estaba
sentenciado. En la calle, se podían oír los primeros gritos de los Alemanes.
Por suerte, al lado del hotel, teníamos el Fan Arena del Bayern de München.
Nos íbamos a enterar de todo, y esa noche poco íbamos a dormir. Me supo mal por
Alba, ella estaba con Brasil, y de alguna forma yo también deseaba que ganara,
pero ya era prácticamente imposible. Finalmente el marcador quedó, Brasil 1
Alemania 7, dando paso a Alemania a la final del mundial.
09/07/2014
Añade tu descripción del día.
Visita a Ulm, pueblo natal de
Albert Einstein.
10/07/2014
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Tour por München en tranvía y
autobús, casco antiguo y alrededores.
11/07/2014
Añade tu descripción del día.
Visita a Dachau, campo de
concentración durante la Segunda Guerra Mundial.
12/07/2014
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Viaje de vuelta.
Fin.