Según
la tradición, la villa de Montblanc estaba siendo aterrorizada por un
colosal dragón. La bestia se había instalado a las afueras del pueblo,
infectando el aire y el agua con su aliento apestoso y causando
estragos entre el ganado. En su búsqueda de alimento, cada vez se
aproximaba más a las murallas, por lo que los vecinos tuvieron que
buscar una forma de mantenerlo apartado. Empezaron dándole de comer
ovejas; cuando éstas se acabaron, siguieron con los bueyes, y luego con
los caballos. Y por fin no tuvieron más remedio que sacrificar a los
propios habitantes. Se metieron los nombres de todos en un puchero,
también el del rey, y el de su hija la princesa, y cada día una mano
inocente decidía quien moriría la mañana siguiente. Y una tarde la
escogida fue la princesa. Dicen unos que el rey lloró y suplicó a sus
súbditos por la vida de su hija, pero que de nada le sirvió, ya que no
era el único padre desconsolado. Cuentan otros que el rey entregó a su
hija con valentía y entereza. Sea como fuere, la joven salió de las
murallas y se dirigió hacia su triste destino. Cuando el terrible
dragón avanzaba hacia ella, surgió entre la bruma un hermoso caballero
vestido de blanco sobre un caballo blanco que arremetió contra la
bestia. El animal, herido, se sometió al caballero, que le ató al
cuello un extremo del cinturón de la princesa. La dama tomó el otro
extremo del cinturón y, para pasmo de los pobladores de Montblanc,
condujo al dragón como a un perrito hasta la puerta de la ciudad. Allí,
a la vista de todos, el caballero remató a la bestia de un certero
golpe de lanza. Dicen unos que el dragón se fundió y fue absorbido por
la tierra. Cuentan otros que un gran charco de sangre se formó a los
pies del caballero. Sea como fuere, en aquel mismo instante creció un
rosal y de sus ramas brotaron rojas rosas. Jorge, o Jordi, o George, o
Giorgio, que es como se llamaba el caballero, obsequió a la princesa
con una de esas rosas. Semejante gesta hizo que el santo caballero
alcanzase fama y popularidad durante la Edad media, y que fuera
escogido patrón de la caballería y la nobleza.
FILEMÓN Y BAUCIS
Zeus y
Hermes descendieron desde el monte Olimpo a la tierra para comprobar la
hospitalidad de los habitantes de Frigia. Llamaron a mil puertas pidiendo
abrigo y descanso pero todas permanecieron cerradas. La única casa que los
acogió fue la de Filemón y Baucis, una pareja de pobres ancianos que vivían en
una pequeña y humilde choza de las colinas.
El anciano Filemón les invitó a sentarse en un banco de madera sobre el que su esposa había colocado una manta. Baucis removió las brasas de la chimenea para reavivar el fuego, lo alimentó con hojarasca y cortezas secas, y con su débil soplo de anciana hizo renacer de nuevo las llamas. En un pequeño caldero preparó una humilde pero sabrosa comida para sus huéspedes con un repollo, que su esposo había recogido aquella misma tarde del huerto, y una loncha de lomo de cerdo ahumado, que tenían colgado de una viga. Ofrecieron a los viajeros una cubeta de madera de haya con agua tibia para que pudieran descansar y calentarse los pies.
Baucis limpió la mesa con verdes hojas de menta y sirvió aceitunas, verdes y negras, cerezas maceradas en vino, endibias, rábanos, cuajada, huevos y un buen vino. El guiso de repollo estaba exquisito y fue muy alabado por todos los comensales. Los postres consistieron en nueces, higos secos, dátiles, ciruelas, manzanas aromáticas, uvas y un reluciente panal de miel que colocaron en el centro de la mesa. La generosidad y hospitalidad de los dos ancianos les había hecho ofrecer a sus huéspedes todo lo que tenían y, siempre, mostrando un rostro afable y sonriente.
Filemón y Baucis observaron que la jarra de vino, que habían vaciado varias veces, se volvía a llenar sola. Se dieron cuenta que aquellos hombres eran, en realidad, dioses y les imploraron perdón por la escasa comida y la pobreza de su casa. Filemón se levantó a sacrificar el único ganso que tenían para ofrecérselo a los dioses.
Entonces Zeus les dijo:
- Es verdad que somos dioses y vamos a castigar a todos los habitantes de esta comarca por su falta de hospitalidad. ¡Seguidnos hasta la cima del monte!
Cuando llegaron a la cumbre vieron que un enorme lago había sumergido toda la región ahogando a todos los habitantes de Frigia. Lo único que no se había cubierto por las aguas era su humilde choza.
Filemón y Baucis, asombrados por lo que estaban viendo, lloraban por sus vecinos y en aquel momento su vieja y pequeña cabaña se transformó en un hermoso templo.
Zeus les dijo:
- Pedidme lo que queráis.
Filemón habló brevemente con Baucis y expuso este deseo a los dioses:
- Puesto que hemos vivido juntos en esta tierra toda nuestra vida queremos seguir aquí como guardianes y sacerdotes de vuestro templo y también deseamos que la muerte nos lleve a los dos al mismo tiempo para que yo jamás pueda ver la tumba de mi esposa y ella no tenga que enterrarme a mí.
Y así juntos y felices vivieron muchos años más hasta que un día, ya muy viejos y achacosos, sentados en la escalinata del templo vio Baucis que le salían hojas a Filemón, y Filemón vio que a Baucis le ocurría lo mismo y mientras sus cuerpos se transformaban en troncos y las ramas crecían sobre sus cabezas se hablaban y se cruzaban palabras de despedida y cuando las hojas casi les impedían verse los dos pronunciaron al unísono la misma frase:
- Adiós, mi amor.
Y las ramas sellaron y ocultaron sus labios para siempre. Filemón se transformó en roble y Baucis en tilo. Desde entonces ambos permanecen unidos con las ramas entrelazadas.
El anciano Filemón les invitó a sentarse en un banco de madera sobre el que su esposa había colocado una manta. Baucis removió las brasas de la chimenea para reavivar el fuego, lo alimentó con hojarasca y cortezas secas, y con su débil soplo de anciana hizo renacer de nuevo las llamas. En un pequeño caldero preparó una humilde pero sabrosa comida para sus huéspedes con un repollo, que su esposo había recogido aquella misma tarde del huerto, y una loncha de lomo de cerdo ahumado, que tenían colgado de una viga. Ofrecieron a los viajeros una cubeta de madera de haya con agua tibia para que pudieran descansar y calentarse los pies.
Baucis limpió la mesa con verdes hojas de menta y sirvió aceitunas, verdes y negras, cerezas maceradas en vino, endibias, rábanos, cuajada, huevos y un buen vino. El guiso de repollo estaba exquisito y fue muy alabado por todos los comensales. Los postres consistieron en nueces, higos secos, dátiles, ciruelas, manzanas aromáticas, uvas y un reluciente panal de miel que colocaron en el centro de la mesa. La generosidad y hospitalidad de los dos ancianos les había hecho ofrecer a sus huéspedes todo lo que tenían y, siempre, mostrando un rostro afable y sonriente.
Filemón y Baucis observaron que la jarra de vino, que habían vaciado varias veces, se volvía a llenar sola. Se dieron cuenta que aquellos hombres eran, en realidad, dioses y les imploraron perdón por la escasa comida y la pobreza de su casa. Filemón se levantó a sacrificar el único ganso que tenían para ofrecérselo a los dioses.
Entonces Zeus les dijo:
- Es verdad que somos dioses y vamos a castigar a todos los habitantes de esta comarca por su falta de hospitalidad. ¡Seguidnos hasta la cima del monte!
Cuando llegaron a la cumbre vieron que un enorme lago había sumergido toda la región ahogando a todos los habitantes de Frigia. Lo único que no se había cubierto por las aguas era su humilde choza.
Filemón y Baucis, asombrados por lo que estaban viendo, lloraban por sus vecinos y en aquel momento su vieja y pequeña cabaña se transformó en un hermoso templo.
Zeus les dijo:
- Pedidme lo que queráis.
Filemón habló brevemente con Baucis y expuso este deseo a los dioses:
- Puesto que hemos vivido juntos en esta tierra toda nuestra vida queremos seguir aquí como guardianes y sacerdotes de vuestro templo y también deseamos que la muerte nos lleve a los dos al mismo tiempo para que yo jamás pueda ver la tumba de mi esposa y ella no tenga que enterrarme a mí.
Y así juntos y felices vivieron muchos años más hasta que un día, ya muy viejos y achacosos, sentados en la escalinata del templo vio Baucis que le salían hojas a Filemón, y Filemón vio que a Baucis le ocurría lo mismo y mientras sus cuerpos se transformaban en troncos y las ramas crecían sobre sus cabezas se hablaban y se cruzaban palabras de despedida y cuando las hojas casi les impedían verse los dos pronunciaron al unísono la misma frase:
- Adiós, mi amor.
Y las ramas sellaron y ocultaron sus labios para siempre. Filemón se transformó en roble y Baucis en tilo. Desde entonces ambos permanecen unidos con las ramas entrelazadas.
1.- Lectura
y resumen.
2-- ¿_Qué simbolizan Filemón y Baucis?.
í€
3.- ¿ Cuál es su metamorfosis?.
4.- Describe cómo eran estos personajes.
5.- ¿Cuál es la enseñanza que se obtiene de esta fábula?.
6.- ¿ Quién es el personaje que acompaña a Júpiter?.
7.- ¿ Qué alimentos ofrecen Filemón y Baucis a los dioses?.
8.- ¿ Qué ocurre durante la comida?.
9.- ¿ Por qué los dioses quieren castigar a los hombres?.
10.- ¿ Qué desean Filemón y Baucis cuando Júpiter decide premiarlos?.
2-- ¿_Qué simbolizan Filemón y Baucis?.
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3.- ¿ Cuál es su metamorfosis?.
4.- Describe cómo eran estos personajes.
5.- ¿Cuál es la enseñanza que se obtiene de esta fábula?.
6.- ¿ Quién es el personaje que acompaña a Júpiter?.
7.- ¿ Qué alimentos ofrecen Filemón y Baucis a los dioses?.
8.- ¿ Qué ocurre durante la comida?.
9.- ¿ Por qué los dioses quieren castigar a los hombres?.
10.- ¿ Qué desean Filemón y Baucis cuando Júpiter decide premiarlos?.
Psique y Cupido
Psique y Cupido
En la
antigua Grecia Cupido era conocido como Eros, el hijo joven de Afrodita la
diosa del amor, la belleza y la fertilidad. Para los romanos Cupido era el dios
del amor hijo de Venus y de Marte, dios de la guerra.
venusmartecupido Cupido era ayudante de su madre Venus, dirigía la fuerza primordial del amor y la llevaba a los mortales. Era pícaro y carismático, pero a veces cruel con sus víctimas, ya que no tenía escrúpulos.
A la espalda llevaba dos clases de flechas: unas doradas con plumas de paloma que provocaban un amor instantáneo, y otras de plomo con plumas de búho que provocaban la indiferencia.
Consciente del poder que tenia, a veces rechazaba las peticiones de su madre y los demás dioses de interferir en el curso de la vida de algunos mortales así que provocaba frecuentes problemas a los dioses.
Un día se enfadó con Apolo cuando éste bromeo sobre sus habilidades como arquero, por lo que Cupido hizo que Apolo se enamorara de la ninfa Dafne y a ella le disparó una flecha con punta de plomo. Dafne rezó al dios río Peneo pidiendo ayuda y fue transformada en un árbol de laurel, que se consagró a Apolo.
Entre rebeldía y travesuras, Cupido cumplía con su cometido, al paso del tiempo Venus comenzó a preocuparse porque su hijo no crecía, dirigiéndose al Oráculo de Temis para ver si daba respuesta a sus preocupaciones, y así fue, éste le contestó:
- “El amor no puede crecer sin pasión”.
Entonces Venus no comprendió la respuesta hasta que nació su hijo Anteros, dios de la pasión. Cuando estaba junto a él, Cupido crecía y se transformaba en un hermoso joven, pero cuando se separaban, volvía a ser un niño.
Por otro lado, en la Tierra de los mortales vivía una princesa llamada Psique (Alma), que a pesar de ser tan bella no lograba encontrar marido pues los hombres que la idolatraban no se sentían dignos de ella.
Su padre intentó hallar, a través del Oráculo de Delfos, un buen marido para Psique, pero éste predijo que ella encontraría el amor en un precipicio: el marido que le sería destinado, una serpiente alada, terrible y poderosa, llegaría hasta ella y la haría su esposa.
Venus celosa por la gran belleza de Psique le pidió a Cupido que la hiciera enamorarse locamente del hombre más feo, vil y despreciable del mundo. Enterada de que se encontraba en el borde del abismo, envió a su hijo a dispararle sus flechas pero este al verla, se enamoró profundamente de ella y creció hasta convertirse en un apuesto joven.
psique Contra los deseos de Venus, Cupido llevó a Psique por arte de magia a un castillo aislado y se casó con ella, pero con la condición de que, como mortal que era, tenía prohibido mirarlo.
La princesa al sentirlo cerca y escuchar su dulce voz no sintió temor, estaba segura que no era un monstruo, sino el amante esposo que tanto tiempo había deseado. Él la visitaba todas las noches rogándole siempre que no viera su rostro.
Eran muy felices hasta que convencida por sus envidiosas hermanas, Psique rompió la prohibición impuesta por los dioses y miró a su marido.
Eso le valió el castigo de ser abandonada por Cupido, quien con tristeza se despidió diciéndole:
-”El Amor no puede vivir sin confianza”.
Expulsada del castillo, la arrepentida princesa recorrió el mundo en busca de su amado, superando una serie de desafíos cada vez más difíciles y peligrosos impuestos por Venus. psique_y_cupido_pintura_de_edward_burne_jones
La última orden que recibió fue la de llevar al inframundo una pequeña caja que contenía un poco de belleza y cuya destinataria era Proserpina, esposa de Plutón. Fue advertida de que bajo ningún concepto debía abrir la caja. Psique se alistó para el viaje y durante él se enfrentó a muchos peligros que fueron superados gracias a los consejos que había recibido, sin embargo su curiosidad pudo más que todos los peligros superados y abrió la caja, en ese preciso momento cayó en un profundo sueño parecido a la muerte.
Al encontrarla Cupido, levantó el encantamiento y la perdonó al igual que Venus. Fue tanta la lucha de Psique por el amor de Cupido que finalmente los dioses, conmovidos por su amor, la convirtieron en una diosa para que pudiera reunirse con su amado.
Felízmente Cupido y Psique: El Amor y el Alma, se unieron tras duras pruebas. De esta unión nació una hija llamada Voluptas cuyo nombre significa “Placer”, de donde derivan palabras como voluptuosidad.
A partir de la historia de estos dos personajes el amor ha sido simbolizado por dos corazones atravesados por una flecha: la flecha de Cupido.
venusmartecupido Cupido era ayudante de su madre Venus, dirigía la fuerza primordial del amor y la llevaba a los mortales. Era pícaro y carismático, pero a veces cruel con sus víctimas, ya que no tenía escrúpulos.
A la espalda llevaba dos clases de flechas: unas doradas con plumas de paloma que provocaban un amor instantáneo, y otras de plomo con plumas de búho que provocaban la indiferencia.
Consciente del poder que tenia, a veces rechazaba las peticiones de su madre y los demás dioses de interferir en el curso de la vida de algunos mortales así que provocaba frecuentes problemas a los dioses.
Un día se enfadó con Apolo cuando éste bromeo sobre sus habilidades como arquero, por lo que Cupido hizo que Apolo se enamorara de la ninfa Dafne y a ella le disparó una flecha con punta de plomo. Dafne rezó al dios río Peneo pidiendo ayuda y fue transformada en un árbol de laurel, que se consagró a Apolo.
Entre rebeldía y travesuras, Cupido cumplía con su cometido, al paso del tiempo Venus comenzó a preocuparse porque su hijo no crecía, dirigiéndose al Oráculo de Temis para ver si daba respuesta a sus preocupaciones, y así fue, éste le contestó:
- “El amor no puede crecer sin pasión”.
Entonces Venus no comprendió la respuesta hasta que nació su hijo Anteros, dios de la pasión. Cuando estaba junto a él, Cupido crecía y se transformaba en un hermoso joven, pero cuando se separaban, volvía a ser un niño.
Por otro lado, en la Tierra de los mortales vivía una princesa llamada Psique (Alma), que a pesar de ser tan bella no lograba encontrar marido pues los hombres que la idolatraban no se sentían dignos de ella.
Su padre intentó hallar, a través del Oráculo de Delfos, un buen marido para Psique, pero éste predijo que ella encontraría el amor en un precipicio: el marido que le sería destinado, una serpiente alada, terrible y poderosa, llegaría hasta ella y la haría su esposa.
Venus celosa por la gran belleza de Psique le pidió a Cupido que la hiciera enamorarse locamente del hombre más feo, vil y despreciable del mundo. Enterada de que se encontraba en el borde del abismo, envió a su hijo a dispararle sus flechas pero este al verla, se enamoró profundamente de ella y creció hasta convertirse en un apuesto joven.
psique Contra los deseos de Venus, Cupido llevó a Psique por arte de magia a un castillo aislado y se casó con ella, pero con la condición de que, como mortal que era, tenía prohibido mirarlo.
La princesa al sentirlo cerca y escuchar su dulce voz no sintió temor, estaba segura que no era un monstruo, sino el amante esposo que tanto tiempo había deseado. Él la visitaba todas las noches rogándole siempre que no viera su rostro.
Eran muy felices hasta que convencida por sus envidiosas hermanas, Psique rompió la prohibición impuesta por los dioses y miró a su marido.
Eso le valió el castigo de ser abandonada por Cupido, quien con tristeza se despidió diciéndole:
-”El Amor no puede vivir sin confianza”.
Expulsada del castillo, la arrepentida princesa recorrió el mundo en busca de su amado, superando una serie de desafíos cada vez más difíciles y peligrosos impuestos por Venus. psique_y_cupido_pintura_de_edward_burne_jones
La última orden que recibió fue la de llevar al inframundo una pequeña caja que contenía un poco de belleza y cuya destinataria era Proserpina, esposa de Plutón. Fue advertida de que bajo ningún concepto debía abrir la caja. Psique se alistó para el viaje y durante él se enfrentó a muchos peligros que fueron superados gracias a los consejos que había recibido, sin embargo su curiosidad pudo más que todos los peligros superados y abrió la caja, en ese preciso momento cayó en un profundo sueño parecido a la muerte.
Al encontrarla Cupido, levantó el encantamiento y la perdonó al igual que Venus. Fue tanta la lucha de Psique por el amor de Cupido que finalmente los dioses, conmovidos por su amor, la convirtieron en una diosa para que pudiera reunirse con su amado.
Felízmente Cupido y Psique: El Amor y el Alma, se unieron tras duras pruebas. De esta unión nació una hija llamada Voluptas cuyo nombre significa “Placer”, de donde derivan palabras como voluptuosidad.
A partir de la historia de estos dos personajes el amor ha sido simbolizado por dos corazones atravesados por una flecha: la flecha de Cupido.
¿ Quién era
Cupido, Psique y Venus?
¿Cómo era Cupido y qué hacía con los sentimientos de las personas?
¿Qué simboliza Cupido , que lleva una venda en los ojos?
¿Qué condición le impuso Cupido a Psique para estar siempre juntos?
¿Por qué Cupido se separó de Psique?
¿ Qué quiere decir la expresión : el amor no puede vivir sin la confianza?
¿Qué trabajo le impuso Venus a Psique?
¿Cómo se llama la hija de Cupido y Psique?
¿Cómo era Cupido y qué hacía con los sentimientos de las personas?
¿Qué simboliza Cupido , que lleva una venda en los ojos?
¿Qué condición le impuso Cupido a Psique para estar siempre juntos?
¿Por qué Cupido se separó de Psique?
¿ Qué quiere decir la expresión : el amor no puede vivir sin la confianza?
¿Qué trabajo le impuso Venus a Psique?
¿Cómo se llama la hija de Cupido y Psique?