"Los ladrones, dijo Carmen Llera a este corresponsal, "entraron con una llave falsa, casi de puntillas, sin abrir ni un cajón, sin tocar las cosas de auténtico valor, y se llevaron sólo un cuadro de Renato Guttuso, gran amigo nuestro, que nos lo había regalado con una dedicatoria por nuestro matrimonio, y cuatro iconos rusos".Según la viuda de Moravia, si se hubiese tratado de un robo en regla, les hubiese bastado llevarse un pequeño cuadro de Morandi y habrían hecho ya el apaño. Y lo que más le preocupa es que entre las pocas cosas que le robaron fue la pistola que, con permiso, tenía el escritor, quien, tras haber sido amenazado de muerte en los tiempos del terrorismo, había rechazado la escolta y se limitó a pedir autorización para tener una pistola.
Los ladrones profanadores entraron con tal recato que Carmen, que llegó a Roma la misma Nochevieja de un viaje a Estados Unidos, ni se había dado cuenta de nada. "Empecé a sospechar", dice, "cuando me di cuenta que faltaba de la nevera la única botella de champaña que había dejado y el espacio vacío del cuadro de Guttuso y de los ¡conos". Según Llera, las llaves d el piso las tenían sólo poquísimos amigos , como el escritor Enzo Siciliano. "Por ello, no me explico", afirma, "quién y por qué ha querido hacerme una burla semejante y qué significado puede tener ese gesto tan incomprensible".
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