Cuentos romanos : El terror de Roma ( fragmento)
Tenía tantas ganas de un par de zapatos nuevos que ha menudo soñaba con ellos, aquel verano, en el sótano del inmueble cuyo portero me alquilaba un catre a cien liras por noche. No es que anduviera descalzo pero los zapatos que llevaba me los habían regalado los americanos; ya casi no tenían tacón y uno estaba roto por el dedo meñique y el otro se había ensanchado, se me salía el pie y parecía una chancleta. Vendiendo algunas cosas en el mercado negro, llevando paquetes y haciendo recados lograba quitarme el hambre. Pero nunca conseguía ahorrar el dinero necesario para unos zapatos nuevos. Estos zapatos se habían convertido en una obsesión.
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